El cultivo de la piña tropical en El Hierro está en peligro, suponiendo unas pérdidas millonarias
Escribo este artículo como un herreño preocupado que ve como uno de los motores económicos de la isla de El Hierro se apaga sin que casi nadie haga nada al respecto.
Desde hace años, se lleva viendo un deterioro constante en el cultivo de la piña que ha conllevado al abandono de decenas de hectáreas en el Valle de El Golfo.
La piña tropical, desde que se introdujo a finales de los años 70 como alternativa a las plataneras por los fuertes vientos sur-este que azotaban Frontera en determinadas épocas del año, ha sido la gran alternativa agrícola por excelencia. Se podría decir que la Sociedad Cooperativa del Campo Frontera junto con la SAT Frutas de El Hierro, son el vivo ejemplo de cómo la piña tropical consiguió aglutinar a decenas de agricultores, crear empresas, generar empleo y proveer de riqueza a nuestro municipio.
Sin embargo, asistimos a una crónica de una muerte anunciada viendo como cada día son más los agricultores que deciden no seguir cultivando piña, abandonando o reconvirtiendo sus explotaciones a otros cultivos, aparentemente más interesantes, como el aguacate.
"¿Por qué algunos se empeñan en defender la piña?", me han llegado a preguntar. La respuesta es simple, no tenemos otro cultivo que en plenas condiciones sea más comercial y rentable, puesto que en El Hierro hemos desarrollado, a lo largo de más cuarenta años, las técnicas de cultivo, las estructuras y canales de comercialización, y todo lo necesario para poder cultivar este producto tan especial y exótico en estas latitudes, convirtiendo a la piña en uno de nuestros productos emblemáticos. Gracias a las barreras de entrada existente en Canarias podemos decir que somos el surtidor del Archipiélago y tenemos millones de turistas y canarios a los que vender un producto demandado.
Otro de los grandes argumentos es que la piña tropical de forma directa e indirecta supone una cifra aproximada de negocio cercana a los seis millones de euros y genera más de cien empleos directos y otros tantos indirectos. Estas cifras, para una isla como El Hierro, supone mucha gente y mucho dinero.
Las ideas que ahora expondré no son más que un mero resumen de un plan de acción que debería hacerse y que expongo gracias a las desinteresadas aportaciones que me han hecho muchas personas, agricultores, empresarios, transportistas, ingenieros agrónomos, técnicos, funcionarios, investigadores y otras tantas personas a las que siento no nombrar, pero que sin ellas no se podrían escribir estas líneas.
Podríamos decir, a modo de resumen, que tenemos que planificar un proyecto en tres grandes etapas: Corto, medio y largo plazo. En el corto plazo se podría definir que las acciones a realizar en aras de recuperar las producciones serían:
Subvención destinada a paliar los sobrecostes del encarecimiento de los productos fitosanitarios, impuesto al plástico, sobrecoste de los combustibles, etc…
Subvención destinada recuperar plantaciones, incentivando que se recuperen parcelas existentes que se han dejado de plantar.
Solución técnica que se pueda dar a la cochinilla y a otros parásitos del suelo que afectan a la producción.
Aprovechar las instalaciones del Cabildo Insular para potenciar el vivero existente y conseguir un verdadero proyecto de selección genética y posterior distribución de planta entre los agricultores.
Realizar un cuaderno de buenas prácticas con consejos prácticos sobre cultivo, abonado, análisis del suelo. En definitiva, aumentar la profesionalización y tecnificación del cultivo de la piña tropical.
A medio plazo, las medidas irían encaminadas a mejorar la calidad y podrían ser:
Seguir con la selección genética y mejorar su proceso y parámetros.
Buscar nuevas variedades además de la roja española y la MD2.
Aumentar la producción para cubrir las necesidades del mercado y así evitar la eliminación de barreras del exterior que supondrían la desaparición del sector.
Mejora de las técnicas de cultivo con un manual específico y revisable, así como la continua experimentación.
A largo plazo, las medidas serán tendentes a consagrar el cultivo a futuro como:
Denominación de origen de la “Piña de El Hierro”.
Hacer marca de la “Piña de El Hierro”.
Convertirnos en referencia como región productora, demostrando que puede ser un cultivo ecológico y respetuoso con el medio.
Hacer de la piña un elemento turístico.
La piña tropical convertirla en imagen no solo de Frontera sino de la isla de El Hierro como parte de nuestro atractivo.
Estas medidas requieren del consenso y trabajo de todos los actores: agricultores, ICIA, Gobierno de Canarias, Cabildo de El Hierro, Ayuntamiento de la Frontera, Sociedad Cooperativa del Campo Frontera y SAT Frutas de El Hierro. Y cada uno en el marco de sus competencias o posibilidades debe aportar lo mejor de sí mismo para que la piña tropical resurja. Un ejemplo de esto lo encontramos en la visita del experto mexicano D. Andrés Rebolledo que cuenta con más de cuarenta años de experiencia con la piña tropical gracias a la intervención del Consejero de Agricultura D. Narvay Quintero.
Hace unos días, se publicó que el Cabildo había firmado un convenio a través de la Dirección General de Agricultura del Gobierno de Canarias para mejorar la situación de la piña tropical. Sin embargo, este documento a día de hoy no pasa de una mera declaración de intenciones, que no está mal, pero que años más tarde, se queda corto para lo que necesita el sector.
Conocemos los problemas y sabemos las posibles soluciones, así que esperar más a comenzar a aplicarlas no es más que una inacción sin justificación alguna, porque la piña tropical, es más que un cultivo.