La isla que pudo ser reconstruida desde el Cabildo y que por falta de planificación y gestión no será, de momento
La palabra crisis significa “oportunidad” en griego, esto es así porque ya los antiguos entendían que en momentos de incertidumbre o zozobra también se producían oportunidades únicas que en otras condiciones no se darían y que no se podían desaprovechar.
La pandemia de la Covid-19 en cierta medida nos enseñó que podíamos, si destinábamos los recursos necesarios, alcanzar hitos como encontrar una vacuna en tiempo récord o afrontar grandes retos de futuro como los previstos con los fondos Next Generation.
Canarias, y especialmente El Hierro, no pueden permitirse el lujo de quedarse fuera de estos fondos, de perder la oportunidad de afrontar las grandes inversiones que se pueden acometer. Y esto por la simple razón que ahora mismo ya se está hablando de cambiar las reglas fiscales, de volver a la restricción presupuestaria y de dejar de emitir tanto dinero que ha provocado en parte la situación inflacionista mundial existente. Cuando eso ocurra, las regiones que no se hayan proveído de garantizarse esos fondos quedarán relegadas solo a acometer los gastos que sus pobres presupuestos lastrados por los capítulos I y II les dejen (gastos de personal y gasto corriente).
En cambio, en otros lugares como La Gomera, se ha confeccionado un traje a medida con una agenda hasta 2036 que garantiza a la isla colombina una serie de inversiones en materias como conectividad de internet, energías renovables, islas inteligentes y un largo etcétera que de afrontarse, supondrán que La Gomera pase a ser un referente en muchas áreas.
El Hierro del futuro lo pudimos construir desde El Cabildo pero la herramienta democrática de la moción de censura contra Javier Armas nos ha privado de tener a un Cabildo capaz de acometer los cambios estructurales necesarios. A cada cual según su capacidad, y a quien no es capaz de asfaltar una carretera o terminar una residencia no le pidamos que tenga visión de futuro o que no deje perder la oportunidad de ser lo que pudimos ser porque ni siquiera ha visto todavía la gran oportunidad perdida.
“No hay mal que por bien no venga…” hemos escuchado mil veces. Puede que ese revés le permita a Javier ver con más claridad desde fuera hacia dentro la isla que buscamos. Sin ruido y con perspectiva se piensa mejor, se planifica con más acierto y se maduran con el tiempo necesario las propuestas trascendentales. Nos habrán arrebatado un Presidente pero nos acabarán dando a un Senador, un Senador que defenderá la isla, sus intereses y representará a todos los herreños en una legislatura marcada por los recortes y ajustes presupuestarios.
Solo un frente canario fuerte en Madrid podrá garantizar los equilibrios parlamentarios imprescindibles para que nuestra tierra no se vea privada de los recursos que tanto necesita.